Asumió como presidente del Ente Administrador Puerto Rosario (ENAPRO) el Dr. Guillermo Miguel. La máxima autoridad del ENAPRO es abogado especializado en Derecho Administrativo y Derecho Energético. Desarrolló su carrera en el ámbito privado y es asesor letrado de la Federación de Expendedores de Combustibles (FAENI).
El perfil profesional del nuevo funcionario marca la orientación que el gobernador Omar Perotti le dará al ente ya que lo quiere más focalizado en el control de las concesiones y la administración prolija de un bien de dominio público de importancia estratégica.
Miguel está especializado en derecho administrativo, desarrolló su carrera en el ámbito privado y es asesor letrado de la Federación de Expendedores de Combustibles (Faeni). No es un hombre de la política y tampoco pisó muchos muelles. Pero sí reúne las condiciones que buscaba el gobernador para el cargo: un profesional que esté concentrado puertas adentro afinando controles, ordenando la administración y cuidando muy bien la caja. Todo un cambio con la gestión de su antecesor (Ángel Elías), más volcada a la promoción del puerto.
¿Cómo llega Miguel al cargo? Tiene vínculos con abogados justicialistas que actúan en el gremialismo profesional como Marcelo Terenzio, quien fuera secretario de Medio Ambiente de Jorge Obeid. Precisamente, ambos estuvieron en la cocina del nombramiento. En rigor, un grupo de ex funcionarios obeidistas –entre los que estaba Terenzio- viene desde octubre trabajando en el armado de un plan para los entes portuarios y desde allí partió la idea base de la necesidad de darle más centralidad al cuidado de un bien de dominio público de la importancia del puerto.
Miguel, según pudo saber punto biz, no llega con la tarea de hacer un revisionismo de lo actuado, y eso que hay temas centrarles para analizar que ocurrieron en la gestión socialista cómo el proceso por el cual, en el marco de la convocatoria de acreedores de TPR apenas ingresaba Vicentín al control de la firma, se le licuaron obligaciones de inversión al concesionario, como reconstruir muelles. Una millonaria inversión que ahora reapareció, pero como propuestas de TPR a cambio de que le extiendan las concesiones de las terminales I y II.
Pero Miguel sí claramente asumirá con el mandato de revisar los pre-acuerdos firmados por el ente y TPR para una nueva extensión de la concesión. Y el nuevo funcionario llega con vía libre para impulsar tanto su validación como su total cancelación. Es más, también llega con el mensaje de que no hay apuros para una negociación de extensión de un contrato que vence en 2032. Es más, si TPR necesita encarar inversiones se analizarán las fórmulas legales para que puedan hacerse sin involucrar una extensión contractual.
El abogado asume al cargo justo cuando la empresa que tiene el 50% de TPR, que es Vicentín, enfrenta una millonaria cesación de pagos en su negocio madre (el granelero) que formalmente no impacta en sus otras empresas (como TPR, Friar, Algodonera Avellaneda, etc) pero que le resta billetera, poder de fuego político y abre interrogantes sobre si estará en condiciones de seguir cuando tenga que costear desembolsos para el puerto.
La idea del gobierno provincial es también analizar la conveniencia de darle un giro a la bien nutrida caja del Enapro (cobra el canon de los concesionarios), que hasta ahora estuvo muy focalizada en los gastos de promoción, viajes y la incorporación de personal a la bien paga planta permanente (Elías dejó a casi todo su equipo como empleados de planta), para ver la factibilidad de usarla para obras menores en el predio y gastos de capital.

Fuente: ENAPRO